La gracia de Dios nos motiva a vivir en santidad y luego nos suple el poder para hacerlo. Su gracia nos llama a la nueva vida y luego la hace posible. Esta gracia —dice Pablo— trae salvación. Literalmente, nuestro texto reza: Porque se ha manifestado la gracia de Dios salvífica a todos los hombres4. La manifestación de la gracia tiene como su finalidad explícita nuestra salvación. Un día se manifestará el juicio de Dios —tal y como el texto de Tito está a punto de recordarnos—; pero, hoy por hoy,
Page 80